Metal Replacement, un nuevo paradigma
Mayor rendimiento y “alma verde”
La sustitución del metal en la impresión 3D se refiere a la sustitución del metal por una serie de polímeros de alta resistencia que garantizan un excelente rendimiento y mantienen las mismas características de aplicación sin alterar las prestaciones.
Todas las ventajas de sustituir el metal por innovadores superpolímeros y materiales compuestos
Proponer una alternativa al metal significa obtener objetos que pesan menos con las mismas características, obteniendo así una serie de ventajas objetivas.
Además, este nuevo paradigma de producción propone en realidad un modelo de producción que evita los residuos, acerca la producción al punto de uso y, en consecuencia, reduce los envíos, reduciendo con ello las emisiones de CO2.
El Metal Replacement representa, por tanto, una alternativa sostenible que ha revolucionado concretamente el proceso de producción, utilizando materiales termoplásticos para sustituir a los metales tradicionales.
Las ventajas del Metal Replacement
El uso de superpolímeros innovadores de alto rendimiento aporta una serie de ventajas: menor tiempo de producción, reducción del peso, los costes y las emisiones de CO2, y mejor rendimiento mecánico, químico y térmico. Ventajas económicas, mecánicas, tecnológicas, logísticas y finalmente ecológicas.
La ligereza es uno de los puntos clave de Metal Replacement. Producir objetos que pesan menos que sus homólogos metálicos significa una mayor facilidad de uso, ahorro de energía, cero residuos y menores costes de producción y logística.
El consumo de energía para la producción de un producto metálico es, como máximo, superior al del mismo producto de plástico. Los pasos de procesamiento son más intensivos en energía: la sustitución de metales, por tanto, reduce los costes de energía.
El producto metálico requiere más tratamiento posterior. El acabado también constituye un esfuerzo oneroso adicional en términos de tiempo y coste. El producto final de plástico, en cambio, es potencialmente completo en casi todos sus acabados. En consecuencia, el componente metálico final siempre será más caro.
La producción de plástico es mucho más rápida que la de metal. Menos pasos de procesamiento y producción significan menos plazo de entrega y menos tiempo de comercialización: transcurre menos tiempo desde el diseño hasta la colocación del producto en el mercado.
La sustitución del metal por superpolímeros en la impresión 3D supone una reducción del tiempo de adquisición de las piezas de recambio.
El uso de polímeros en lugar de metal no sólo garantiza la misma resistencia y rigidez, sino que también aporta las siguientes ventajas de rendimiento: los polímeros duran hasta un 600% más gracias a su mayor resistencia a la corrosión. A esto se añade el bajo coeficiente de fricción y el aislamiento eléctrico.
La sustitución de metales también aborda cuestiones de sostenibilidad medioambiental. Al reducir el peso total de los productos, se reducen las emisiones de CO2 procedentes del transporte (un tema que también está muy presente en el sector del automóvil: el aligeramiento también supone un menor consumo de combustible y un mayor rendimiento de los vehículos). Además, un producto de plástico es más fácil de reciclar que el metal.
El metal impone limitaciones en el diseño en comparación con el plástico, que, por el contrario, proporciona una mayor libertad de diseño. Los superpolímeros, gracias a su resistencia mecánica, térmica y química, permiten realizar geometrías complejas con extrema precisión. Un resultado que además aporta un valor añadido en las prestaciones finales del propio producto.
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